ISABEL CUADRA:
La enfermedad es mucho más que un desafío físico. Es una invitación profunda y personal para detenernos, mirarnos y entendernos de una manera que quizás nunca antes habíamos considerado. Como terapeuta especializada en síntomas, he acompañado a muchas personas en su camino de sanación, y una de las preguntas que más escucho es: “¿Por qué me enfermo?”. La respuesta no está solo en el cuerpo, sino en cómo vivimos, sentimos y nos relacionamos con nuestro entorno y con nosotras mismas.
Las causas invisibles de la enfermedad
Tu cuerpo es un mensajero. Cada dolor, cada molestia, cada síntoma está aquí para decirte algo. Pero para escuchar, primero necesitamos dejar de vivir en piloto automático. Aquí te comparto algunas de las razones más comunes y profundas por las que muchas veces enfermamos:
1. Vivir en el pasado o en el futuro
Cuando nuestra mente está atrapada en lo que ya fue o en lo que podría ser, nuestro cuerpo sufre el desgaste. La ansiedad por lo que no ha llegado o la tristeza por lo que perdimos nos desconectan del presente, el único lugar donde podemos encontrar paz y equilibrio.
2. Reprimir las emociones
Las emociones que no se expresan no desaparecen. Se alojan en nuestro cuerpo, como una mochila invisible que cada día pesa un poco más. El enojo reprimido, la tristeza no llorada o el miedo negado pueden manifestarse en forma de tensiones, dolores o enfermedades crónicas.
3. Ignorar la voz del corazón
Esa intuición, ese susurro interno que nos dice qué camino tomar, es fácil de ignorar en medio del ruido del mundo. Pero cuando no escuchamos a nuestro corazón, nuestro cuerpo busca maneras de llamarnos la atención.
4. Aferrarnos a lo que no es nuestro
Hay situaciones, personas o cargas que simplemente no nos pertenecen. Aferrarnos a ellas es como intentar retener agua con las manos: agotador y, al final, imposible. Aprender a soltar no es fácil, pero es esencial para nuestra salud.
5. Evitar el perdón
El perdón no es para los demás, es para nosotras mismas. No perdonar nos mantiene atadas a un ciclo de dolor y resentimiento que consume nuestra energía y afecta nuestra salud.
Escuchar a tu cuerpo: el primer paso hacia la sanación
Sanar empieza por mirar el síntoma como una guía, no como un enemigo. Cuando el cuerpo habla, está pidiendo que lo escuchemos, que lo cuidemos y que lo entendamos. Esto requiere:
- Autoobservación sincera: Pregúntate cómo te sientes realmente. ¿Qué emociones estás evitando? ¿Qué situaciones estás soportando en silencio?
- Valentía para soltar: Identifica qué cargas puedes dejar ir. No tienes que hacerlo todo de golpe; a veces, un pequeño paso es suficiente.
- Aprender a perdonar: Empieza por perdonarte a ti misma. Somos humanas y nos equivocamos. Aceptar esto es liberador.
Mi invitación para ti
Si sientes que tu cuerpo te está hablando, no lo ignores. Tu síntoma no es un castigo, es un llamado al amor propio, al cuidado y a la reconexión contigo misma. Cada proceso de sanación es único, y estoy aquí para acompañarte en este camino. Juntas podemos descubrir qué te está diciendo tu cuerpo y cómo responderle desde un lugar de amor y comprensión.
¡Recuerda! La sanación no ocurre de la noche a la mañana, pero cada pequeño paso cuenta. Y tú, con todo lo que eres y todo lo que has vivido, tienes el poder de sanar.Con amor,
Isabel Cuadra