Yul Navarro:
Todo surgió de una manera fluida como agua de arroyo: cuando decidí hacer mi
cambio profesional, alternaba mi trabajo de Arquitecta e Interiorista junto con mis
estudios de Quiromasaje.
Al finalizar estos estudios, monté mi propia consulta y estuve combinando ambos trabajos. Un día me llegó por sorpresa el despido del estudio de Arquitectura en el que trabajaba, fue duro para mí, algo repentinamente inesperado, esa “mala” noticia (en ese momento), me impulsó a dedicarme a los masajes y terapias con total entrega.
En pocos días de la noticia mi marido me propone: “Cariño, ¿por qué no nos vamos a la playa todo el verano? podrías trabajar allí dando masajes frente al mar”. Mi mirada se iluminó desprendiendo una gran sonrisa y felicidad. Tras esa inspiradora
propuesta nos pusimos manos a la obra a buscar espacio para dar masajes y casa para alojarnos durante la temporada. Todo salió rodado, fluido y rápido, se ve que los hados estaban a nuestro favor.
Así que en poco menos de un mes ya tenía un nuevo
espacio de masajes frente al mar, en mi querida Bolonia de Cádiz, desde aquel
entonces convertido en mi paraíso en el que llevo ya tres temporadas de verano
maravillosas, el resto del año tengo mi consulta con mi hermana Susi como socia en Utrera, Sevilla.
Hoy en día doy las gracias por aquel maravilloso despido de aquel trabajo, porque sin ese acontecimiento no hubiera experimentado tal cambio, tanto a nivel de vida como espiritual, ni me hubiera lanzado tan libremente a mi nuevo mundo de masajes y terapias naturales por el cual soy hoy UNA GRAN AFORTUNADA. Dicen “no hay mal que por bien no venga”. Ahí lo dejo….
Mi nuevo mundo: Me encanta ayudar a los demás y sanar con mis manos.